lunes, 17 de abril de 2023

Venezuela frente a su reingreso a la CAN

 

La revista digital Banca y Negocios en su edición del 15 de abril publicó el artículo titulado <Comercio fronterizo de Colombia y Venezuela suma US$70,5 millones>. De la mencionada cifra, 62,4 millones de dólares, corresponden a exportaciones colombianas, y apenas 8,1 millones de dólares, a Venezuela. Es decir, Colombia, nos supera en un 89 % en lo que a la Balanza Comercial se refiere, y eso que aún,  Venezuela no ha regresado formalmente a la CAN.


Desde la creación del Acuerdo de Cartagena (hoy CAN), también conocido como el Pacto Andino, (1969), Venezuela mantuvo siempre una posición de liderazgo comercial en la subregión. Sin embargo, ese liderazgo pasó a un segundo plano después de su retiro en 2006; los restantes países que lo integran, que cuentan con menos recursos como es el caso de Perú, Colombia, Bolivia y Ecuador, hoy en día nos superan con creces. Sus niveles de crecimiento económico les ha permitido, inclusive, suscribir acuerdos de libre comercio con el Nafta, la UE y  la China.

A pesar  de la aprobación de  la Ley Antibloqueo y la Ley de Zonas Económicas Especiales, la inversión extranjera productiva no parece haber mostrado mucho interés en el país. Las razones no están sujetas exclusivamente al bloqueo y las sanciones impuestas por los EE.UU y sus aliados. Las causas de esta apatía financiera, van aún más lejos, y podrían estar muy relacionadas con los recientes hechos de corrupción destapados por el gobierno nacional.

En un mundo globalizado, que según algunos expertos va hacia la desglobalización, cualquier inversionista honesto y sensato, requiere de garantías suficientes para invertir su capital. El denominador común para la inversión extranjera está centrado en tres aspectos fundamentales: bajos impuestos, mano de obra barata y calificada  y seguridad jurídica. De acuerdo con estos principios, ningún inversionista extranjero en su sano juicio, pondría en riesgo su capital en empresas públicas como PDVSA, la CVG o la Corporación Socialista del Cemento, de las cuales salieron esposados muchos de sus directivos. 

La crisis de la economía venezolana radica principalmente en un problema cultural, y es que todavía, la fantasía de la Venezuela saudita continúa en la mente de muchos. Si el sector público ha sido corrupto, ineficiente y falto de visión; el sector privado, no se queda atrás, el sector privado venezolano, no es nada más, que un simple parapeto.

El gobierno nacional después de las Elecciones Regionales de 2021, buscó a toda costa congraciarse con Fedecamaras, Consecomercio y Conindustria. Desde sus inicios, las mencionadas organizaciones <parasitarias> que han pasado de padres a hijos, no han hecho otra cosa que mendigar recursos al Estado venezolano para poder sobrevivir. ¿Cuál ha sido su aporte al desarrollo del país?

El empresariado colombiano, a diferencia del de Venezuela, ha logrado consolidar un elevado nivel de desarrollo, según algunos, con dinero del narcotráfico y la corrupción, lo cual no es descartable. Pero cosa contraria, ha sucedido con muchos corruptos <tarupidos> criollos,  que prefirieron llevarse  el dinero robado a los putrefactos bancos al servicio de la DEA, que operan en Suiza;  y que decir, de los más osados, que eligieron depositarlo en los EE.UU.

El binomio gobierno y empresa privada está presente en todas las naciones que aspiran alcanzar un desarrollo sostenible. Para lo cual, deben de estar integradas las instituciones de ambos sectores.

Aquellos que todavía dudan, del por qué, de la supremacía comercial de Colombia, visiten la web de Procolombia; y luego, naveguen por  las de Fedecamaras, la Avex, el Bancoex y Corpovex, y se convencerán de que aunque nuestros vecinos ya transitan por el sector económico cuaternario,  nosotros aún, no salimos del extractivismo, todavía estamos a tiempo remediar la situación, antes de que nos lo impida el imperialismo que ya sabemos.

Hasta otras letras...

sábado, 8 de abril de 2023

Crónica de un despojo consensuado - La decisión de la CIJ ante el reclamo de Venezuela sobre su territorio Esequibo.

 

Venezuela sufrió un duro revés con la decisión de la Corte Internacional de Justicia en su reclamación sobre el territorio Esequibo. La decisión de la CIJ era de esperar, más aun, tomando en consideración las presiones geopolíticas y económicas que rodean esta pretensión. Por una parte, está la timorata política exterior del gobierno venezolano, que se acentuó con las sanciones internacionales. Por la otra, las presiones ejercidas por las transnacionales petroleras, a favor de Guyana. 

Si bien es cierto,  que todos los venezolanos tenemos el deber de defender la soberanía. También es cierto, que en los últimos años nuestro territorio ha sido víctima de una invasión silenciosa, en muchos casos con la complicidad de las autoridades. Parte de la guerra que vive Colombia, se trasladó a Venezuela. Los grupos estructurados de delincuencia organizada Bacrim, ELN, FARC disidencias, están dispersos en muchas regiones del país. A esto se suma, la presencia en algunos estados del país, de miembros del Cartel de Sinaloa, un grupo criminal mexicano extremadamente violento, y que decir de los garimpeiros de Brasil.

La  grave situación interna de seguridad  que vive actualmente el país no es producto de la casualidad. Tampoco pretendamos culpar al imperio de todos nuestros males. Uno de los grandes responsables, es Tarek El Aissammi, quien durante su estadía en la ONIDEX junto a Hugo Cabezas, ceduló y emitió pasaportes  a miles de extranjeros. Entre estos estaban colombianos, chinos y árabes, muchos eran trabajadores; otros,  eran delincuentes y posibles grupos terroristas. Ese fue el gran legado que se nos dejó con la famosa y cuestionada Misión Identidad.

El conflicto territorial con Gran Bretaña y Guyana por el Esequibo es de vieja data.

Dentro de este contexto, los gobiernos venezolanos a lo largo de la historia, se han caracterizado por la indolencia, el miedo y la negligencia, en lo que a los temas fronterizos se refiere. Una de los referentes más notorios es el Tratado de Demarcación de Fronteras y Navegación de los ríos comunes entre Colombia y Venezuela de 1941. López Contreras bajo el cobarde argumento de evitar una guerra con Colombia, les entregó 200.000 km2 de la margen izquierda del Orinoco, y 108.000 km2 de la Península de la Guajira.

En medio de tantos desaciertos de la política exterior venezolana figura la rebelión del  Rupununi (1969), región ubicada en el Esequibo que estuvo a punto de anexarse a Venezuela, gracias a la valiente actitud de la esequibana Valerie Paul Hart. Sin embargo, Raúl Leoni, hombre de naturaleza vacilante, presidente adeco para la época, prefirió eludir su compromiso con los rebeldes esequibanos, y dejarlos a su suerte a pesar de haberles dado apoyo y entrenamiento militar.

En la actualidad

Según cifras aportadas por el FMI, Guyana ocupa el segundo puesto en el mundo, con un pronóstico de crecimiento de 25,2% para 2023. Debido a esto, muchas  empresas transnacionales continúan explotando enormes reservas de petróleo en el país sudamericano. Se trata de 11.000 millones de barriles que prometen transformar la economía agrícola y minera de Guyana en una potencia petrolera.

Ahora bien, si evaluamos de manera objetiva la actual situación con Guyana, qué posibilidades tiene Venezuela de ganar la disputa territorial del Esequibo, por la vía legal.  ¿Qué camino le queda para recuperar la zona en reclamación? ¿Estará  el país en condiciones de ir a una confrontación armada? Más aún, si tomamos en consideración muchos de nuestros oficiales; así como, la tropa, actualmente deben rebuscarse con otros trabajos para sobrevivir. A esto cabría valorar,  si los altos mandos de la FANB tendrán la moral y la capacidad militar, para llevar a cabo una intervención militar en Guyana.

Mientras una parte de la cúpula del PSUV, busca desesperadamente reconciliarse con sectores radicales de la oposición y gobiernos extranjeros; gran parte de su militancia, sufre los embates de la crisis económica. La corrupción y el nepotismo han permeado todos los sectores de la vida nacional, y la política exterior no se escapa de ese fenómeno. La cancillería en los últimos años, ha sido asaltada por profanos e inexpertos, lo que ha llevado al actual desorden en el manejo de las relaciones internacionales.  

Nuestro país ha perdido gran parte de su territorio a consecuencia de la política errática ejecutada por sus Cancilleres quienes al parecer, no han podido ser lo bravíos y valientes que se dice somos los venezolanos en nuestra canción Patria y han optado por hacer mutis, voltear la vista hacia otro lado y luego hacerse las víctimas del imperialismo al cual le guiñan el ojo.

En suma,

Sería conveniente que el gobierno nacional y las fuerzas vivas del país, evaluarán cuál sería la posición política deberían asumir, y estimarán el probable apoyo de nuestros “aliados” Rusia y China en caso de una confrontación.  Pues, para nadie es un secreto, que desde hace años  empresas como: Total, Repsol, Anadarko, Rosneft Exxon, Hess y la china CNOOC vienen explotando crudo en las aguas que reclama Venezuela.  Por lo tanto, ante la posibilidad  de cualquier aventura militar, con fines políticos y electorales,  bien vale aplicar la conseja que Chávez nos enseñó: revisión, reflexión y rectificación.

#Esequibo "Venezuela #CIJ